Claro, muchos se alarmaron con la portada, un corazón verde rodeado de
un fondo de color ¿rojo? y la lista de tracks se distribuía en
esféricos. Cuando escucharon “Secuencia Inicial” creían que nada había
cambiado, ya que es una canción que sigue en algo los esquemas de su
trabajo anterior, y claro, Cerati había mencionado que este disco se
basa en “tomar Canción Animal y destruirlo”. Pero hay otras canciones accesibles con el sonido “soda” impreso en ellas, como la balada “Fue”,pero
también es intensificado en una canción algo mas electrónica llamada
“Ameba” o la rockera y clásica “Primavera 0”, que se transformó en una
infaltable en las ultimas giras del trió argentino. Pero el lado
experimental del disco es el que llama más la atención, donde las
influencias del nuevo estilo que venía de afuera, el shoegazing,
se apodera de la hermosa obra maestra del álbum “En Remolinos”, o lo
electrónico se apodera de temas como “Nuestra Fe” que se vuelve un
espiral de guitarras al ritmo de samples y baterías y el siempre bien
ponderado bajo de Zeta Bozio. “Sweet Sahumerio” es el climax de la
vanguardia musical de este trabajo, con instrumentos árabes que adornan
un fondo de ensueño, mientras la guitarra de Gustavo se desliza como una
sensual bailarina con su voz centrándose en ese fondo sicodélico,
mientras que la simpleza nos llega con temas como la algo débil
“Camaleón” o la discreta “Toma la Ruta”, que contienen ciertos elementos
electrónicos, pero que mantienen aún fresca su esencia de ser una
canción de Soda Stereo. “Luna Roja” es una de esas canciones que llaman
la atención, no solo por su música, sino que también por su surrealista
forma de hablar de las enfermedades venéreas, mientras que “Texturas” es
un tema donde Bozio se luce con una buena base rítmica que desemboca en
riffs mas rockeros, para cerrar el disco de manera sublime,
adelantándonos algo de lo que sería la futura carrera solista de Gustavo
Cerati.
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